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Jenna y Jason son una pareja de Nueva York que nos contactó para ayudarles a diseñar y organizar su preciosa boda. Ambos son de los Estados Unidos, aunque se conocieron en Londres cuando trabajaban allí. Uno de sus primeros viajes en pareja fue a San Sebastián, por lo que tenían claro que se querían casar cerca de nuestra ciudad. Hicimos varias reuniones de Skype y les mostramos los diferentes lugares que coincidían con el estilo que querían para su boda. Finalmente, decidieron reservar el Château de Brindos,, un encantador hotel boutique de lujo ubicado en Biarritz. Este hotel pertenece a la compañía Relais & Châteaux que gestiona los mejores hoteles de lujo del mundo.

Se casaron el día 8 de septiembre, nuestra idea original era hacer la ceremonia y la recepción al aire libre, pero unos días antes, el pronóstico del tiempo decía que iba a ser un día lluvioso. Cambiamos todos los planes y decidimos hacer la ceremonia en el magnífico salón del Château. La habitación tiene similitudes con una pequeña iglesia, con las vidrieras y la madera. Al ser una ceremonia judía, era requisito indispensable que los novios estuvieran bajo una chuppah decorada con flores de temporada en blanco y verde que combinaban perfectamente con la habitación y con el entorno. La ceremonia fue celebrada por el hermano de Jenna, y fue muy emotiva.

Tras la ceremonia Jenna y Jason junto a sus familiares más cercanos se trasladaron a otra habitation donde firmaron la Ketubah.

Aunque la boda se celebró en Francia hubo mucho toque español. Dos guitarras flamencas amenizaron el cocktail y no podía faltar el jamón ibérico.

Durante el cocktail el padre de la novia brindó por los novios y les dedicó unas preciosas palabras.

Para la zona cocktail diseñamos un Photo Booth de estilo colonial para que los invitados se pudieran hacer fotos, había sombreros de panama como detalle para los invitados. Durante el baile muchos invitados los llevaban puestos!!

El seating era una estructura de la que colgaban flores en tonos verdes y blancos. Los invitados tenían que buscar sus nombres en unas postales de estilo vintage de ciudades en las que los novios habían estado juntos.

Los meseros eran la misma postal vintage y los colocamos junto a los centros de mesa. Cada invitado tenía su asiento asignado con unas tarjetas inspiradas en un sobre con un sello personalizado de cada ciudad que coincidía con el nombre de su mesa. La mesa de Londres tenía un sello de Londres y lo mismo con el resto de las ciudades.

Tras el cocktail todos los invitados se trasladaron a la zona del comedor.

Endanea Garden realizó un maravilloso trabajo siguiendo las ideas de estilo que les proporcionamos. Combinación de verdes y blancos con toques de colores morados para las flores. Largas velas con candelabros dorados. Cada servilleta estaba decorada con una gardenia, esta flor desprendía un olor maravilloso.

Durante la cena hubo varios discursos… hubo momentos emotivos y momentos muy divertidos!!

El baile tuvo lugar en el mismo salón donde había sido la ceremonia pero para este momento cambiamos la iluminación y apostamos por un ambiente más íntimo que invitase a bailar!!!

Todos los invitados disfrutaron muchísimo y a día de hoy les siguen recordando a los novios que fue una boda inolvidable llena de detalles!!

Bisous!

Leire

Wedding planning and styling: 20eventos Wedding Planners

Photography: Sara Frost

Flowers: Endanea Garden

Make up and hair: Soler B mak

Restaurant: Château de Brindos

DJ and Sound: Bengoa

Buenos días!!

Hoy os queremos enseñar la boda que les diseñamos a Itziar y Joseba, una pareja encantadora, en Oñati el pasado mes de Julio. Nos contrataron porque querían que nos encargásemos de la organización y decoración de su boda.

Itziar estaba muy guapa y emanaba mucha tranquilidad. Ella tenía claro que quería ir elegante pero sencilla, fiel a sí misma. Su vestido era de Otaduy y llevaba un semi recogido con un broche de Iratxe Campo.

Con el objetivo de calmar los nervios, los novios decidieron hacerse las fotos de pareja antes de la ceremonia religiosa. Así el first look de ellos fue muy íntimo y romántico, en un lugar que para ellos era muy especial.

Tras el first look cada uno se fue en un coche, de tal forma que Joseba llegó acompañado de su madre, la cual iba muy elegante con un diseño de Alicia Rueda.

La ceremonia religiosa tuvo lugar en el Santuario de Aránzazu de Oñati, una de las joyas arquitectónicas del País Vasco. Un lugar tan majestuoso de por sí que no necesita mucha decoración. Decoramos un camino de hortensias para que todos los invitados y los novios accedieran a la iglesia. La ceremonia estuvo amenizada por el Coro de Oñati que cantó una mezcla de canciones tradicionales y modernas.

A la salida de la Iglesia y, como sorpresa para los recién casados, el hermano del novio bailó el aurresku, acompañado por la coral Oñatiko Ganbara Abesbatza, que lo cantaron a capella, un momento muy bonito y emotivo para todos los allí presentes.

La celebración fue en el Restaurante Zelai Zabal, un caserío centenario con vistas al valle de Aránzazu al que la gran mayoría de invitados fueron a pie .

Un amplio parking hace de entrada al restaurante y, lo que hicimos fue convertirlo en una zona chill-out con un toque boho chic, donde tuvo el lugar el Cocktail y posterior baile. La que la verdad es que fue un verdadero reto pero mereció la pena porque el resultado fue espectacular.

El interior del comedor estaba distribuido en mesas alargadas, que decoramos con macetas de distintos tamaños, colores y flores, continuando el estilo boho chic que había en el exterior.

La tarta, diseñada por Ana de Sweet Lulu tenía tres alturas y era de chocolate, el sabor favorito de Itziar.

Aprovechando la belleza del entorno y la decoración propuesta se decidió que el baile fuese en el exterior. Queríamos asemejar a los bailes que se hacían antes en los pueblos como si fuera una verbena.

Ibán, el Dj consiguió animar a todos los invitados y que no parasen de bailar en ningún momento, con canciones de diferentes épocas y estilos, en el que hubo momentos muy divertidos. El ambiente no podía ser mejor y, es que a pesar de que la lluvia hizo acto de presencia, no impidió que todos lo pasaran en grande.

Diseñamos un Candy bar siguiendo la línea de decoración marcada. Llevamos nuestro espectacular carro y colocamos una cortina de crochet. Golosinas, palomitas, donuts y cualquier otra cosa que os imaginéis hicieron las delicias de todos los invitados, que mientras bailaban, bebían y reían, se endulzaban.